El cierre de Canal 9

Hemos asistido este fin de semana al cierre del canal público de televisión y radio de la Comunidad de Valencia. En un último acto de resistencia, protesta y rebeldía los empleados de la cadena han emitido in extremis entrevistando incluso a quien los políticos impedían que alzase la voz, la presidenta de la asociación de víctimas del accidente del metro de valencia. Las últimas horas de emisión han sido muy emotivas, sobre todo cuando las autoridades políticas con el apoyo de la policía han consumado el cierre y los empleados se han fundido en abrazos y han roto a llorar.

Cada vez que cierra un medio de comunicación es una desgracia pero en esta ocasión es una verdadera catástrofe pues se supone que los medios públicos son bastiones contra los intereses particulares, son remansos donde se da cabida al interés general o generalista, intentando ser lo más plurales y objetivos posible. Y sólo digo se supone.
En esta ocasión es especialmente sangrante porque la excusa para el cierre es la incapacidad de hacer rentable el ente. Resumiendo, la mala gestión ha abocado a su desmantelamiento. Mala gestión llevada a cabo por los políticos que ahora dicen que así no se puede sostener ese nivel de gasto público. Pocos ejemplos habrá más claros de profecías autocumplidas.
Pero es que además parte de la culpa la tienen muchos de los trabajadores ahora despedidos. Entonan ahora unas disculpas porque cedieron ante las presiones de los políticos en lugar de denunciarlas. Muchos cerraron los ojos aprovechando una situación que les favorecía, al menos en ese momento, pensando en su propio interés en lugar del bien común. Algunos estómagos agradecidos hacia el poderoso que les deja comer de su misma mesa, todo una ilusión pues no han tenido ningún problema en deshacerse de ellos ahora que ya no les conviene. Tal vez debamos recordar el poema de Bertol Brecht y reflexionar si puede ocurrir en otros ámbitos o ya está ocurriendo.
Canal 9 RIP. Mis mejores deseos para los despedidos, espero que les vaya muy bien en su nueva etapa y que esta vez dejen el alto el pabellón del periodismo.