viernes, 8 de noviembre de 2013

Izquierda y derecha

El ambiente político actual está enrarecido y no solo en España. En todo el mundo  parece que la política ha perdido su función, que las ideologías no funcionan. Sobre todo la clásica distinción entre derecha e izquierda ha quedado desdibujada y sólo sirve como una etiqueta autoimpuesta. Eso en el mejor de los casos, en algunas situaciones el epíteto sólo sirve como arma arrojadiza. Quizás es que ya no sabemos qué significan.
Podemos encontrar en la bibliografía cientos, sino miles, de estudios proponiendo definiciones para la izquierda y la derecha. Sesudos análisis acerca de las características de uno y de otro. Relatos de la historia de los términos, de su uso e incluso de su imaginería específica. Todo ello puede llegar a abrumar, sobre todo si como ocurre en muchas de las discusiones académicas no se consigue llegar a un consenso, o a una verdad pactada.
He estudiado el tema, aunque no puedo decir que pueda dar con esa esquiva verdad que además dependerá de la aceptación de los demás. Sin embargo sí he podido concluir que a la mayor parte de la gente le trae sin cuidado la ideología de los partidos políticos. Podríamos decir que son gente apolitizada, dentro de lo posible, pues es imposible fuera de la polis. En realidad espera que sus políticos no les den problemas y les dejen vivir. Otro montón de gente pueden parecer más políticos, defienden a tal o cual partido, pero en realidad poca reflexión hay en esa defensa. No son argumentos racionales, es el argumento del hincha de un equipo deportivo.
Por otra parte las denominaciones son elegidas por los propios partidos y los políticos. Así nos tenemos que creer que un determinado partido autodenominado de izquierdas hace política de izquierdas. O cuando otro partido dice que cuenta con el apoyo popular no debemos tener ninguna duda de que es así. Estaremos todos de acuerdo en que la realidad no es así.
Dicho todo esto no obstante puedo haber encontrado la diferencia entre la derecha y la izquierda. No pretendo sentar cátedra es el íntimo convencimiento de que he encontrado el quid de la cuestión. La terrible intuición de haber llegado a un final de vía y que además ha sido evitado por muchos otros antes que yo para no darse de bruces con la pared. La derecha busca maximizar el beneficio propio y la izquierda busca el bienestar del mayor número de personas.
Teniendo esto en cuenta podemos definirnos de una manera u otra y buscar políticas encaminadas a conseguir cada uno de los fines. Ya no es una cuestión de ideología ciega o de etiquetas de mercadotecnia, puede ser una realidad. De nuestra decisión y reflexión depende.

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