sábado, 2 de noviembre de 2013

Con las víctima y los Derechos Humanos

Estos días hemos asistido a la discusión pública sobre la sentencia contra la “doctrina Parot” fallada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Las reacciones no se han hecho esperar y pronto hemos visto la indignación de la gente porque se abría la puerta a la excarcelación de etarras y demás delincuentes.

Ha habido una protesta que ha resaltado sobre las demás y es la de las víctimas del terrorismo. Y junto con las demás víctimas de los otros criminales, también mantenidos en la cárcel por la misma doctrina, son las únicas protestas que concibo. No puedo imaginar el dolor de esas personas que han sufrido una pérdida o han sentido en sus propias carnes el odio y la sinrazón de otro ser humano. Sin embargo, ese dolor, y todo nuestro apoyo para intentar superarlo no les hace tener razón. Aunque estén sumidos en el odio más absoluto hacia sus verdugos tampoco les hace peores personas, sería muy difícil que perdonasen a asesinos, violadores y demás. No obstante no podemos tolerar como sociedad ese rencor, la ley está diseñada (o debería estarlo y así lo espero) para mejorarnos como personas, para suplir las faltas que tenemos como individuos en busca de un bien común.
Lo bueno de la sentencia desde Estrasburgo es que nos hace ver que ninguna ley por consensuada que esté o por justa que se vea pueda ir contra los derechos humanos. Y esto es así porque en cualquier ordenación jurídica lo que tendría que anteponerse sobre cualquier otra consideración es el respeto a esos derechos humanos. Además debemos tener en cuenta que los derechos de la persona con menos derechos son los nuestros propios, y los que en un momento dado se nos aplicarán.
Dicho todo esto, mi mayor consideración a las víctimas de cualquier crimen. Siempre serán escuchadas y tratadas con el mayor respeto y apoyo, y apoyarlas no significa lo que escenifica el político de turno aprovechando para hacerse una foto a costa de su dolor. A los demás que se manifiestan espero que sopesen si de verdad se quieren manifestar en contra de los derechos humanos, ¿de verdad tenemos políticos que están dispuestos a no cumplir los derechos humanos? Inquietante. Deberían reflexionar sobre ello.

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